Unavoidable thoughts on trans homelessness in Latin America and its relationship with health
Situa��o de rua de pessoas trans na Am�rica Latina e sua inter-rela��o com a sa�de
Caravaca-Morera, Jaime Alonso[1]
El sinhogarismo es un fen�meno de salud colectiva cuya realidad nos advierte que sus expresiones no excluyen a ninguna persona. De hecho, en la actualidad los �ndices de representaci�n de personas latinoamericanas auto-identificadas dentro del espectro trans aumentan exponencialmente. Ante esto, la comprensi�n de la multidimensionalidad de los fatores asociados a la callejizaci�n, as� como los elementos que conducen al estigma y a la perversa exclusi�n social deben ser foco de atenci�n tempestiva en el sector acad�mico y sanitario.
Si bien es cierto, existen datos limitados con respecto a la epidemiolog�a de las identidades y experiencias trans-latinas en situaci�n de calle, se acepta que las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (LGBT) tienen mayor riesgo de quedarse sin hogar cuando son comparadas con la poblaci�n general.1 De hecho, algunos estudios muestran que una de cada cinco personas trans posee una vivienda inestable y est�n en riesgo o necesitan servicios de pernoctaci�n, albergue o morad�a.2-3
De forma similar, es claro que, no solo existen pocos estudios que consideren directamente las necesidades integrales de la salud de la poblaci�n trans en situaci�n de calle, sino que tambi�n los datos de censos y encuestas de salud p�blica existentes frecuentemente invisibilizan a esta poblaci�n al excluir informaci�n demogr�fica importante relacionada con la consideraci�n de una real pluralidad del mediador de g�nero que ayude a trascender el sesgo paradigm�tico ofrecido por el sistema dicot�mico y binario que actualmente impera en las sociedades Latinoamericanas.
Ciertamente, existe dificultad para obtener datos sobre porcentajes concretos y objetivos de las personas trans en situaci�n de calle como respuesta a sus estilos de vida ef�meros y n�mades, no obstante, las encuestas gubernamentales, los formularios de admisi�n en instituciones/dispositivos de atenci�n e inclusive los mismos protocolos de investigaci�n contin�an excluyendo �tems relacionados con la identidad de g�nero. Lo anterior conduce de manera inexorable a la inopia declarada anteriormente de datos o a su inexactitud, elementos todos que intervienen en la comprensi�n integral del fen�meno y las mejores pr�cticas intervencionistas de salud y cuidado humanizado para este claustro poblacional.
Colabora con lo anterior que los r�gidos y uniformes conceptos del sistema de g�nero han sedimentado su estructura sobre las bases de un problema neur�lgico que se relaciona con la construcci�n actual de sociedades negacionistas en donde el reconocimiento de las ciudadan�as y los derechos humanos se otorgan solamente a ciertas personas.
Esta premisa explicita como se han construido las identidades y las personalidades como productos reguladores advenidos de discursos hegem�nicos propios de c�digos disciplinarios y naturalizadores de la vida social en un entorno neocapitalista. Hablo aqu� de discursos que se caracterizan por los artificios homogenizadores de los patrones culturales de lo colectivo que excluye de manera t�cita a aquellos seres humanos que escapan de la inteligibilidad de aquello que ha sido impuesto por los legados cispatriarcales y econ�micos preponderantes.
Asimismo, no se debe obviar que existen barreras polif�nicas que han sido consolidadas hist�ricamente en nuestras sociedades latinoamericanas que dificultan a todas luces la efectivaci�n de los derechos humanos y dentro de ellos el derecho a la salud, a la ciudad y a la ciudadan�a. De hecho, todas estas barreras est�n muy influenciadas por el problema doble y neur�lgico de la transfobia y la callejizaci�n.
Este �ltimo aspecto asume que, las experiencias polarizadas y sem�nticamente inv�lidas desde la �ptica capitalista y cispatriarcal se tejen como hilos conductores de un fen�meno de complejidad superlativa que hace con que las respuestas requieran de un abordaje sist�mico y convoque la comprensi�n hermen�utica y genuina de todos los elementos involucrados en esta realidad.
En efecto, el sinhogarismo trans, como realidad concreta no es un fen�meno reciente, puede ser visualizado en la trayectoria hist�rica de las inequidades al analizar de manera profunda el tema de la justicia social. No obstante, posee antecedentes claros en las sociedades contempor�neas en forma de necesidades colectivas intensas principalmente en los dos �ltimos siglos.
Es necesario, entretanto, reconocer que, la supresi�n de la realidad de las poblaciones trans en situaci�n de calle expresa un panorama de configuraci�n desigual en el contexto sociopol�tico latinoamericano actual, cuya concepci�n a�n fluct�a como categor�a obviada, a pesar de la evidente existencia y resistencia.
Con lo anterior en mente, se debe admitir que el sinhogarismo trans es un proceso � o conjunto de procesos � que presenta una geometr�a situacional variada, polif�nica, compleja y multifac�tica y que configura dimensiones materiales, pol�ticas, relacionales y contextuales desde una perspectiva f�sica y temporal.
En este sentido, las reflexiones mbembenianas4 proveen de un marco referencial de la concepci�n de este fen�meno. Sus argumentos transparentan los rostros de disciplinarizaci�n de las exclusiones, el control social y el mantenimiento de un supuesto orden de desigualdades econ�micas y gen�ricas.� De esta manera, se devela la necesidad del actuar acad�mico y pol�tico para combatir las m�ltiples manifestaciones del necropoder instaurado en el ambiente capitalista y cispatriarcal latinoamericano, con el objetivo de trascender hacia sociedades plurales, justas e inclusivas, pero sobretodo, resolutivas a las diversas necesidades existentes.
As�, el reconocimiento de estos aspectos permitir� establecer � con marcadas confesiones hacia el optimismo � elementos b�sicos para la efectivaci�n de estrategias intervencionistas, con las cuales se puedan alcanzar dos grandes objetivos: el circunscribir la discusi�n en el marco de los Derechos Humanos y el materializar las pr�cticas de cuidado centradas en la persona.
REFERENCIAS
1 Boy M, Paiva V. Personas en situaci�n de calle, Trans y COVID-19. Tiempos deconfinamiento en Buenos Aires. Bit�cora Urbano Territorial. 2022;32(II):255-65. DOI: https://doi.org/10.15446/bitacora.v32n2.99501
2 Glick JL, Lopez A, Pollock M, Theall KP. Housing Insecurity Seems to Almost Go Hand in Hand with Being Trans: Housing Stress among Transgender and Gender Non-conforming Individuals in New Orleans. J. urban health. 2019;96(5):751�9. DOI: https://doi.org/10.1007/s11524-019-00384-y
3 McCann Edward, Michael Brown. Homeless Experiences and Support Needsof Transgender People: A Systematic Review of the International Evidence. J. nurs. manag. 2021;9(1):85�94. DOI: https://doi.org/10.1111/jonm.13163
4 Mbembe A. Necropol�tica. 3 ed. S�o Paulo: N-1 edi��es; 2018.
*Este an�lisis reflexivo naci� como producto del macroproyecto titulado �Experiencias de personas en situaci�n de calle consumidoras de sustancias psicoactivas: una aproximaci�n desde el Modelo de Reducci�n de da�os�, el cual fue aprobado por el Comit� �tico Cient�fico de la Universidad de Costa Rica seg�n protocolo B9349 en el a�o 2020.
[1] Universidad de Costa Rica (URC). San Jos�, Costa Rica (CR). E-mail: jaimealonso.caravaca@ucr.ac.cr ORCID: https://orcid.org/0000-0002-6647-217X
C�mo citar: Caravaca-Morera JA. Pensamientos ineludibles sobre el sinhogarismo trans en Am�rica Latina y su interrelaci�n con la salud. J. nurs. health. 2023;13(1):e1316362. DOI: https://doi.org/10.15210/jonah.v13i1.6362